Entrevista para la Universidad de Chile

 

Alejandro Lanús escritor de aforismos - Entrevista para la Universidad de Chile

 

«Todo lo que me ignora e ignoro, todo aquello, en el universo, que reafirma este mutuo ignorarnos, me dice a gritos: hay un silencio en el decir de Dios que nunca revelará el misterio.” 

¿Qué le sucede al escribir?

Siempre siento que estoy haciendo algo indebido. Como si nada me perteneciera del todo. Ni lo más íntimo, ni las cosas que apunto con desgano. Siento, cuando escribo, la extrañeza que siente el que observa de lejos, expectante, aquel que teme corregir algo que no es propio.

¿Si tuviera que decir en pocas palabras el estado en el que escribe?

Absorto. Y también con cierta pereza -de tener que hacerlo. Más bien diría que sobreviven al naufragio «notas del espanto».

La mujer ha de ser una inspiración.

No necesariamente, aunque siempre está, como aquello que no se comprende pero se anhela y nunca se abarca del todo. Al viento uno lo siente en cada poro pero nunca se puede sujetar. Eso ha de ser la mujer para mí, libre como un huracán. Una vez me pasó algo insólito, vi a «dos mujeres a las que les faltaba una parte mía.»

¿Qué sugiere, teniendo esa sensibilidad, para no salir afectado de la realidad?

Ser atravesado por el espanto: *abrir los ojos sin salir herido. *Como una intensión quizás.

¿Cómo es su relación con los lectores?

Les di una parte mía, tan mía, que jamás volverá. (Risas)

¿Cómo se lleva con el capitalismo?

La frustración de necesitar de la materia y de no quererla. Ese antagonismo anárquico convive en mí. Sin esperanzas de que exista sobre la tierra un sistema que sea generoso con todos y con la tierra también. «En la mirada de los otros hay poco lugar para lo ajeno.» A esa enajenación nos lleva este sistema de vida. Habría que «dejarse arrastrar por lo que uno más detesta, hasta que desaparezca».

Y si tuviera que definir…

Perdón que lo interrumpa, lo mismo que veo en la tierra una vez lo vi en el mar. En una playa encontré un caracol de mar y le puse a su lado tres caparazones de mayor tamaño que el suyo. El bichito fue escogiendo, de menor a mayor, su nueva casa. Se quedó con la más grande y tuvo las mismas ínfulas que un rico, pero sin embargo tuvo la humildad de desandar sus pasos. «Lo más doloroso para el hombre es reconocer que tiene más en común con sus enemigos que con las personas que más admira.»

¿Su relación con la palabra?

Cuando tomo conciencia de que la mayoría de las conversaciones quedaron en el olvido siento que el sinsentido es más abrumador que un eterno silencio.

Al escribir, ¿se le vienen imágenes o palabras?

No sé. Por ejemplo anoche: lo último que vi al cerrar los ojos fue mi espalda, estremecida en un banco de plaza. Escribí: «en la perplejidad de lo hallado por primera vez». Qué conexión tiene la primer imagen, casi surreal -ver tu propia espalda- con las palabras que continuaron, tal vez nada, pero ese ser inconexo, lacónico, fragmentado es lo que soy.

¿Qué piensa de la filosofía?

La filosofía es el hondo sedimento donde naufragan todas las ideas.

Entrevista para la Universidad de Chile, 2015.